SCHOOL PROGRAM
/ MANADA DE LOBATOS PREMPHE

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Al alcanzar los once años llega el momento de entrar a formar parte de la Sección Scout.
Es el tiempo de la afirmación de uno mismo; el deseo de aventura se hace más patente, se desarrolla el carácter, las actitudes y la capacidad de vivir en grupo, enriqueciéndose personalmente.
En la Sección Scout se trabaja en Patrullas. La vida en Patrulla potencia el compromiso personal. Eligen sus propios líderes y programan las actividades, con apoyo de sus educadores. Los chicos y chicas adquieren así sus propias responsabilidades y aprenden a valorar el trabajo en equipo.
La imaginación deja paso a la sed de aventuras. El contacto directo con la Naturaleza y las destrezas para desenvolverse en el medio natural les permiten ir más allá en la formación de sí mismos y de su personalidad.
A través de las “Especialidades”, los chicos aprenden destrezas individuales en áreas que más les motivan, abriendo así el camino de su formación profesional y de sus aficiones.
Aprenden a tomar decisiones por sí mismos y colectivamente. Hacen sus actividades en contacto con la Naturaleza y comienzan a tomar conciencia del servicio a los demás. Aspiran a estar “SIEMPRE LISTOS”.
/ TROPA DE SCOUTS IMPESSA
Al cumplir los 7 años, niños y niñas entran a formar parte de la Manada de Lobatos. Su imaginación está al servicio de una incesante actividad y del juego, su medio de aprender. Su compromiso es “HAREMOS LO MEJOR”.
En el marco simbólico de “El Libro de las Tierras Vírgenes” de Rudyard Kipling, los lobatos y lobatas aprenden a crecer con la ayuda de sus “Viejos Lobos”. De nuevo es el desarrollo de la imaginación la que permite al educador hablar un lenguaje accesible para el niño.
En esta etapa los niños y niñas aprenden a convivir en pequeños grupos de seis, llamados “seisenas”, en las que se reparten responsabilidades y aprenden a trabajar juntos, desplegando sus hábitos sociales y responsabilizándose de su tarea.
A través del juego, el niño aprende a quererse y respetarse, y a querer y respetar a los demás. Es a través del juego como va adquiriendo también sus propios valores personales que le acompañarán toda su vida.
A través de talleres se inician en destrezas y habilidades, y a través de excursiones y campamentos, a desenvolverse por sí mismos de manera cada vez más autónoma.
Los niños y niñas de una Manada de Lobatos se inician en el Gran Juego de la Vida con la ilusión de crecer sanos, fuertes, capaces de superarse y con ganas de descubrir el mundo.
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/ CLAN DE ROVERS HYAKUTAKE
La última etapa de la educación scout es el Clan Rover o Comunidad Rover, formado por jóvenes a partir de 17 años. Ser rover, es vivir intensamente cada paso, tomar las riendas y hacer un proyecto de su propia vida, empeñarse en cambiar el mundo y, sobre todo, creer que es posible.
Se comprometen colectiva e individualmente en acciones de cambio y se esfuerzan por crecer al tiempo como persona. Elaboran sus propios proyectos personales, se marcan metas y se ayudan mutuamente a madurar y crecer como adultos comprometidos.
Colectivamente, se esfuerzan por hacer suya la máxima scout de “tratar de dejar el mundo en mejores condiciones de cómo lo encontramos”. Son jóvenes comprometidos socialmente, dinamizan, conciencian y ayudan a los demás con la esperanza de cambiar el mundo.
Los encontraremos trabajando en el barrio, o dinamizando a sus compañeros de clase o de trabajo aunque nadie sepa que son “scouts”.
Su lema es “SERVIR”.